¿Alguna vez te has parado a ver qué hace todo el mundo ante un espectáculo, un cuadro o un lugar fascinante? ¡Sacar fotos, vídeos, y más fotos, y más vídeos! ¡Qué locura! Creo que está bien inmortalizar aquellas cosas que nos llaman la atención o que queremos compartir o guardar como recuerdo. Pero, ¿esto nos permite disfrutar del momento?
Cuando viajamos y estamos ante ese paisaje, vista o monumento que todo el mundo relaciona con el país o ciudad que visitamos (la Torre Eiffel implica que estamos en París, la vista de la Alhambra quiere decir que estamos en Granada...), nadie puede evitar la tentación de sacar su móvil o su cámara, y fotografiar. En mi opinión, esto está bien, porque es un lugar único, que probablemente visitarás pocas veces en tu vida, y del que te gustará guardar un recuerdo físico (aunque para eso también podrías comprarte una postal...). Yo soy la primera a la que le gusta tener esa foto, y de paso, si sale bonita, poder enmarcarla y tenerla expuesta en mi casa.
Supongo que con esto tienen mucho que ver las redes sociales y lo que en psicología llamamos "deseabilidad social", es decir, la necesidad de comportarnos de la manera en que podamos agradar a los demás y seguir la norma social.
Como os he dicho, a mi me gusta fotografiar ese lugar señalado, e incluso salir yo misma en la foto, pero ¡odio tener que posar, sacar 20 fotos porque de la 1 a la 19 no han salido bien, o buscar distintas posturas en función de la escena! No me gusta, quiero disfrutar de la belleza de lo que estoy viendo, apreciar los detalles del momento, y no perder el tiempo inmortalizándolo. ¡Me saco una foto, y punto!
Cuando observo a las personas que viven el momento a través de la pantalla de su móvil, inmediatamente pienso en las bases del mindfulness. Si, has leído bien, del mindfulness. Parece que es una corriente teórica pasajera, una moda. No es así, pues cada vez son más las investigaciones que demuestran sus beneficios, a la vez que crece el número de profesionales formados y personas como tú y como yo que lo practican.
El mindfulness no implica sólo una técnica de meditación o una forma de relajarse, no. Es una forma de ver la vida. Implica ser conscientes del momento presente y estar abiertos a la experiencia. Es decir, disfrutar de cada momento de forma plena. ¿Ves ahora la relación con el hecho de vivir la vida a través de una pantalla?
Si ves la vida a través de tu smartphone, pierdes la oportunidad de vivir de forma consciente y plena cada momento. Por el camino se perderán detalles y singularidades, todo ello mientras piensas qué harás con esa fotografía, dónde la publicarás y a quién se la enseñarás.
Está bien sacar alguna foto, pero disfruta cada momento. Vive la vida, porque sólo hay una, y pasa más rápido de lo que creemos.
