La enfermedad de Alzheimer es una demencia de tipo degenerativo cortical. Esto es, está causada por un trastorno que afecta primariamente al sistema nervioso central y, concretamente, tiene su inicio en la corteza cerebral.
Concretamente, los primeros indicios anatomopatológicos se observan en el hipocampo (zona de la corteza en el interior del cerebro). Si se observa el cerebro con un microscopio, se pueden apreciar anomalías denominadas placas seniles y ovillos neurofibrilares. Se trata, en líneas generales, de acumulaciones de proteínas dentro y fuera de las neuronas que entorpecen su correcto funcionamiento.
Este tipo de demencia fue descubierto por Alois Alzheimer en 1902, tras estudiar a Auguste Deter, paciente de 52 años.
Alois Alzheimer (1864-1915) |
En cuanto a la sintomatología clínica de la enfermedad de Alzheimer, se caracteriza por un deterioro progresivo de múltiples funciones cognitivas. Inicialmente, la función más afectada es la memoria, pudiendo verse alteradas también la orientación o el lenguaje. Junto a estos síntomas, también aparecen cambios del estado de ánimo y del comportamiento.
Posteriormente, conforme avanza la enfermedad, aparecen más alteraciones de tipo cognitivo, como pueden ser:
- Alteraciones de la memoria (fundamentalmente, la episódica, es decir, la capacidad para recordar eventos recientes).
- Trastornos del lenguaje (oral y escrito).
- Apraxia (dificultad para utilizar utensilios correctamente, realizar gestos,...).
- Agnosia (dificultad para reconocer objetos).
- Alteraciones de la orientación (temporal, espacial y personal).
- Alteraciones de la función ejecutiva (capacidad para planificar, tomar decisiones,....).
- Alteración de la atención y el cálculo.
- Anosognosia (esto es, falta de conciencia de enfermedad).
En función de la evolución de cada caso, se presentarán unos u otros síntomas, en distintos momentos en el tiempo y con diferente grado de severidad. No obstante, clínicamente se establecen tres fases en función de la gravedad de la enfermedad: estadios inicial, moderado y grave.
Además de las alteraciones cognitivas, en esta enfermedad aparecen otros síntomas (no menos importantes), como pueden ser:
- Síntomas depresivos y de ansiedad.
- Delirios y alucinaciones.
- Agitación (comportamiento agresivo, repetitivo o socialmente inadecuado).
- Alteraciones del sueño, la alimentación, sexuales y de los esfínteres.