¿Te imaginas poder guardar todos tus recuerdos en una caja? En realidad, esto es posible gracias a nuestro cerebro.
Imaginemos nuestro cerebro como un gran almacén, repleto de cajas clasificadas. Cada una de ellas contiene eventos relacionados con un tema, lugar o vivencia específicos.
Y, ¿quién es el encargado de colocar y clasificar todas las cajas del almacén? El hipocampo.
Aunque pequeño, el hipocampo es clave en nuestro cerebro para seleccionar y clasificar nuestros recuerdos. Él decide qué vivencias guardaremos en el almacén y cuáles olvidaremos para siempre. También se encarga de establecer en qué caja guardaremos cada nuevo recuerdo.
El almacén es nuestro cerebro, el empleado el hipocampo y, ¿qué representan las cajas?
Las cajas donde guardamos nuestros recuerdos están distribuidas por toda nuestra corteza cerebral en forma de conexiones neuronales, clasificadas en función del sentido (vista, oído, olfato, gusto o tacto) por el que hayamos experimentado esos recuerdos.
La corteza auditiva alberga recuerdos que hemos creado a través del oído (sonidos, música,...); la corteza visual, recuerdos visuales (paisajes, caras, lugares,...). De la misma forma sucede con los demás sentidos.
