martes, 8 de septiembre de 2015

Los beneficios de la relajación



Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo  (Abraham Maslow). 


Hoy en día tenemos un ritmo de vida frenético. Nuestro día a día está repleto de horarios rígidos, obligaciones, actividades, compromisos sociales... es un no parar.

Poder cumplir con nuestras obligaciones y rendir 100% en lo que hacemos implica cierto nivel de activación mental, física y fisiológica. 

El incremento en los niveles de activación es una respuesta básica de nuestro organismo, útil para hacer frente a todas estas demandas. Gracias a ello podemos afrontar situaciones exigentes, como superar un examen, mejorar nuestra forma física o nuestro rendimiento laboral. 
Sin embargo, si estos incrementos de activación se producen de forma intensa o prolongada en el tiempo, pueden tener efectos perjudiciales para la salud.


Todos disponemos de unas u otras estrategias para hacer frente a las situaciones difíciles, en función de la mochila de experiencias de cada uno: nuestras estrategias de afrontamiento

Hoy me gustaría ayudaros a añadir una estrategia más a ese repertorio: la relajación.

Existen varias técnicas de relajación, todas ellas diferentes; unas se adaptarán mejor que otras a cada persona, según con la que nos encontremos más cómodos.

Relajación muscular progresiva, relajación basada en la respiración, entrenamiento autógeno,...son algunas de ellas.

Independientemente de la técnica, ¿qué beneficios tiene la relajación?

La relajación es una respuesta incompatible (o contraria) a los efectos fisiológicos producidos por la ansiedad, el estrés o la activación mantenida.

Se considera hoy una técnica muy importante de cara a controlar la tensión cotidiana, prevenir sus efectos negativos y mejorar la calidad de vida.

Estos son sólo algunos de los beneficios de la relajación: 

  • Disminuye la tensión y tono muscular.
  • Disminuye la activación cortical (cerebral). 
  • Disminuye el metabolismo basal. 
  • Disminuye la frecuencia respiratoria y cardíaca.
  • Aumenta el riego sanguíneo.
  • Mejora la oxigenación.
  • Disminuye la presión arterial.
  • Disminuye el colesterol en sangre.
  • Disminuye el azúcar en sangre.
  • Incremento del nivel de leucocitos (posible aumento del funcionamiento del sistema inmunológico).
  • Aumento en la recuperación de los tejidos.
  • ...

Aunque se hace mucho hincapié en los efectos fisiológicos de la relajación, no debemos olvidar los cambios subjetivos que produce, como: la sensación de calma y tranquilidad, la reducción de respuestas de ansiedad y, en general, una sensación de paz y bienestar. 


Como ya he dicho, existen muchas técnicas de relajación, pero todas tienen dos aspectos en común. 

Todas tienen lo que llamamos una clave mental: debemos concentrar nuestra atención en un estímulo constante (siempre el mismo), que puede ser nuestra respiración, las sensaciones de nuestro cuerpo, la voz del psicólogo... 

Con la clave mental retiramos la atención de aquello que más nos perturba (preocupaciones, pensamientos, tareas pendientes,...) y la centramos en un aspecto neutral. 

Además, todas las técnicas implican un actitud pasiva de quien las practica, es decir, poner en práctica las instrucciones de relajación sin preocuparse de cómo se está haciendo.

En la próxima entrada del blog os propondré una serie de claves para relajarnos, basadas en una de las técnicas de relajación existentes. 


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