martes, 6 de diciembre de 2016

2 señales que indican que tu memoria está fallando



Como ya os he contado en otras ocasiones, conforme nos hacemos mayores son cada vez más las preocupaciones acerca del funcionamiento de nuestra memoria y de la conservación de nuestras facultades mentales.

Con la edad, algunas de nuestras funciones cognitivas permanecen estables o incluso mejoran. Una de ellas es la inteligencia cristalizada, es decir, todo el conocimiento que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida. Otra de las capacidades que mejor se conservan es la memoria procedimental, es decir, aquella que guarda los pasos que debemos seguir a la hora de llevar a cabo cualquier hábito aprendido- por ejemplo, montar en bicicleta.

Según sumamos años, también podemos ver que otras funciones cognitivas declinan ligeramente. Una de estas es la velocidad a la que procesamos la información; probablemente necesitemos más tiempo para trabajar con datos –como hacer cálculos- o para tomar decisiones.

Los fallos en el funcionamiento de nuestra memoria, es decir, los olvidos, pueden ser de dos tipos: benignos –no debemos preocuparnos en exceso- o patológicos- debemos consultar con un médico y poner en marcha el tratamiento indicado.

Sin embargo, ante el mínimo despiste, siempre surge la duda, sobre todo si pasamos de los 50 años: ¿estaré perdiendo memoria?


¿Cuándo me debo preocupar?

En general, no existe un criterio único que podamos utilizar para salir de dudas a la hora de decidir si un olvido es indicativo de algo grave o no. Sin embargo, podemos valernos de algunas pistas que nos pueden indicar si debemos consultar con el médico.
Estas señales las  podemos resumir en dos, principalmente:


1. La gravedad de los olvidos.

Cómo de grave y extravagante sean mis olvidos marcarán el que puedan ser benignos o patológicos. Guardar el teléfono móvil en la nevera claramente indica que algo puede estar pasando. Sin embargo, olvidar qué día teníamos cita con el médico o cómo se llama la vecina nueva, no son aspectos que nos deban preocupar en exceso.


2. El grado de conciencia.

Los olvidos patológicos, por lo general, se caracterizan por un escaso grado de conciencia por parte de la persona afectada. No percibe que su memoria esté fallando, aunque sí lo hacen aquellos que están a su alrededor. Cuando somos conscientes de que algo se nos ha olvidado, e incluso lo recordamos más tarde, podríamos considerar que se trata de olvidos benignos.

Aunque estas dos claves nos pueden ayudar a detectar la presencia de un olvido que necesita ser consultado, simplemente son orientativas. Ante la menor duda, el mejor consejo es consultar con el médico o el neurólogo, ellos podrán confirmar el carácter del olvido.
No debemos pasar por alto que los despistes, sean del carácter que sean, también pueden estar influidos por multitud de factores- como la alimentación, el estado de ánimo, el estrés...

Para seguir aprendiendo más sobre la memoria y los olvidos y cómo prevenirlos, os invito a mi próxima Masterclass para SuperCuidadores. Lleva por título “Prevenirlos olvidos cotidianos”, enfocada justamente a conocer cómo funciona la memoria y cómo mejorarla.

Y como agradecimiento a mis lectores, a todos aquellos que estéis interesados en hacer la Masterclass, poneos en contacto conmigo a través del formulario de contacto, para haceros llegar un cupón de descuento del 25%.



Título: Prevenir los Olvidos Cotidianos.
Modalidad: Online.
Fecha y hora: 21 de diciembre a las 12.00h.



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