¿Qué le pasa a nuestro cerebro cuando envejecemos? ¿Perdemos o ganamos?
A pesar de los estereotipos que existen, con el envejecimiento no todo son pérdidas a nivel cognitivo: ¡también existen ganancias!
A partir de aproximadamente los 40 años, algunas de nuestras funciones cognitivas comienzan a declinar, reduciéndose la velocidad para procesar información, la capacidad para manejar grandes cantidades de información o la rapidez a la hora de resolver problemas.
Sin embargo, existen algunas funciones que mejoran con el paso de los años. Una de ellas es la denominada inteligencia cristalizada.
¿Qué es la inteligencia cristalizada?
La inteligencia cristalizada está relacionada con los conocimientos que acumulamos a lo largo de toda nuestra vida, a través de la experiencia y de la cultura. Se trata por tanto de conocimientos prácticos, del día a día, que nos permiten resolver problemas cotidianos.
Es resultado de la experiencia y del conocimiento que adquirimos a lo largo de los años, por eso mejora con la edad. Se trata de una inteligencia de tipo práctico, a través de la cual resolvemos problemas de la vida diaria.
Frente a la inteligencia cristalizada, encontramos la inteligencia fluida. La primera tiene una naturaleza cultural y esta es de tipo biológico. Es la que nos permite resolver problemas nuevos, para los que no hay soluciones que puedan extraerse de la educación o la cultura. Es una capacidad innata, que no depende del conocimiento, para procesar información. Para resolver problemas nuevos utilizamos la deducción, la inducción, la intuición...sin valernos de experiencias que hayamos vivido anteriormente.
Los psicólogos utilizan pruebas diferentes para evaluar uno u otro tipo de inteligencia. Por ejemplo, para evaluar la inteligencia cristalizada, se utiliza la resolución de problemas de la vida diaria del tipo "¿qué tiene que hacer cuando se corta un dedo?" o "¿por qué debemos pagar los impuestos?".
Para valorar la inteligencia fluida se utilizan problemas como "resolver qué regla rige una serie de elementos y que proporcione el que sigue la serie", por ejemplo.
Diferentes estudios realizados han encontrado que la inteligencia cristalizada se mantiene estable con el paso de los años, mientras que la inteligencia fluida experimenta un declive con los mismos (teniendo siempre presente que puede haber diferencias entre unas personas y otras).
Por tanto, con el paso de los años no solo experimentamos declives a nivel cognitivo, sino que también conservamos y mejoramos funciones cognitivas como, en este caso, la inteligencia cristalizada. Aprender un idioma nuevo, leer libros, leer el periódico, establecer nuevas relaciones sociales, informarnos sobre un tema que nos genere curiosidad, etc. son actividades que contribuyen a mejorar nuestra inteligencia cristalizada y nuestra capacidad cognitiva en general.
Esta es una de las muchas razones por las que fomentar un envejecimiento activo, a todos los niveles (cognitivo, social y físico).