lunes, 9 de febrero de 2015

¿Por qué tememos envejecer?


En la sociedad actual, desde los medios de comunicación, se transmite la idea de que la juventud se asocia con felicidad y bienestar.  De esta manera, se publicitan y promocionan productos y cirugías enfocadas a eliminar o disimular el paso del tiempo en nuestro físico.

Las ideas que se transmiten a la población en cuanto al envejecimiento es que este se asocia a soledad, enfermedad y tristeza. Estas ideas se basan en estereotipos negativos hacia esta etapa de la vida.

De esta manera surge en algunas personas el miedo a envejecer, llegando a convertirse en algunas ocasiones en una obsesión e incluso una fobia. 

Unida a este miedo a envejecer uno mismo, se encuentra la discriminación por edad de aquellos que se encuentran en esa etapa vital, dejando de tratarlos como iguales. Al igual que existe la discriminación por sexo (sexismo) o por raza (racismo), también existe la discriminación por edad: el viejismo (ageism).Sobre ello he hablado en una de mis colaboraciones, que os dejo en este enlace


¿Qué podemos hacer?

Lo primero que podemos tener en cuenta a la hora de evitar o perder el miedo a envejecer, es considerar el envejecimiento como una etapa más de la vida. Todo nuestro ciclo vital se compone de etapas, cada una de las cuales presenta una serie de características que la definen. Al igual que la infancia, la juventud o la madurez, la vejez forma parte de este ciclo.

Tanto en relación a nosotros mismos como en relación a los demás, debemos tener en cuenta que somos personas igualmente capaces en cada una de las etapas de nuestra vida, con nuestras características personales, ideas y sentimientos.

La vejez no es enfermedad o soledad, pues esto puede estar presente en cualquier momento de la vida. Después de los 60 años nos esperan numerosas oportunidades para seguir creciendo y desarrollándonos como personas. 

Además, debemos tener presente que el aspecto físico simplemente marca el paso del tiempo, no nos define como personas. Somos las mismas grandes personas con canas o sin ellas. Todos queremos llegar a viejos, y vivir el máximo tiempo posible, pues asumamos que las canas y las arrugas indican que hemos vivido mucho y estamos cargados de experiencias.

Centrarse en el momento presente, el aquí y el ahora, es una buena estrategia para ser felices. No es buena idea anclarse en recuerdos pasados o pensar en hipotéticas situaciones futuras. ¡La vida no es lo que fue o lo que será, es lo que pasa mientras tanto!

Así que, olvidémonos de cirugías y cosméticos, de temer al paso del tiempo, pues mientras pensamos en ello, estamos perdiendo numerosas oportunidades para ser felices. 

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