Desde hace algún tiempo he estado siguiendo un magnífico proyecto desarrollado por psicólogos con personas con Alzheimer. Este proyecto utiliza la música como estimulación y terapia. Música para despertar, que así se llama, consigue resultados sorprendentes a través del uso de unos simples cascos y un reproductor de música.
En el Alzheimer y otras demencias, las memorias más antiguas (como la musical) y las emociones son dos aspectos que se conservan hasta fases muy avanzadas de la enfermedad. Por tanto, las personas afectadas por estas enfermedades pueden recordar canciones, así como emociones asociadas a las mismas.
Tal y como los autores del proyecto nos cuentan, utilizando la música en personas con deterioro cognitivo avanzado, se han encontrado resultados positivos en el estado de ánimo, la agitación, la ansiedad, la calidad de vida e incluso la socialización.
Como ellos mismos cuentan, la utilización de la música parece que "despierta" a estas personas, que vuelven a experimentar fuertes emociones y sentimientos, y vuelven a recordar. Esto es posible gracias a la estimulación de diferentes zonas cerebrales, como las cortezas sensorial y auditiva, la relacionada con la memoria, así como zonas relacionadas con las emociones.
Lo que más me gusta de este proyecto es el hincapié que hacen en mejorar la calidad de vida de la persona, centrándose en sus características y gustos personales. Es lo que se llama atención centrada en la persona.
Aquí os dejo uno de los vídeos que los autores de este fantástico proyecto han compartido, donde podemos observar los maravillosos efectos de la música:
Y siguiendo esta fantástica iniciativa, yo también he puesto en práctica esta idea donde trabajo, encontrando también resultados increíbles en usuarios con los que es muy difícil establecer una conversación, usuarios que apenas recuerdan datos importantes de su vida, usuarios que se muestran muy agitados... La sonrisa ha vuelto a sus caras, los recuerdos de la letra, emociones asociadas a las canciones, intentos de seguir el ritmo... El poder de la música es impresionante.