Desde la declaración, en el año 2012, del Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, se ha hecho cada vez más presente la necesidad de fomentar un envejecimiento activo. Incluso antes de esta declaración ya se venía haciendo.
Pero, ¿qué es el envejecimiento activo?
No existe una definición teórica de consenso que exprese todo lo que representa el concepto de envejecimiento activo. Una de las definiciones de referencia es la que aporta la Organización Mundial de la Salud (OMS): el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad de las personas mayores, con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.
Fernández-Ballesteros (1998) lo define como aquél que se caracteriza por:
- Baja probabilidad de enfermar.
- Alto funcionamiento cognitivo y alta capacidad física.
- Compromiso con la vida.
Para definirlo de una forma más sencilla y útil, podríamos decir que hace referencia a la vida activa en tres esferas interrelacionadas: la esfera física, psicológica y social.
Además de diferentes definiciones, también existen varios conceptos utilizados indistintamente para hacer referencia a este tema: envejecimiento con éxito, satisfactorio, saludable, positivo, etc.
Baltes y Baltes (1990) diferencian tres tipos de envejecimiento:
- Envejecimiento Normal: aquél que se caracteriza por la ausencia de patologías invalidantes, físicas o cognitivas.
- Envejecimiento Patológico: aquél que se presenta con enfermedades y cierto nivel de dependencia.
- Envejecimiento Óptimo: implicaría un envejecimiento caracterizado por la excelencia física, cognitiva y social.
Toda esta concepción del envejecimiento activo parte de un cambio de perspectiva a la hora de intervenir con el colectivo de personas mayores. Este cambio implica una visión más positiva del envejecimiento, entendido como un proceso que dura toda la vida y que implica tanto ganancias como pérdidas.
¿Por qué es necesario el envejecimiento activo?
Si partimos de la concepción del envejecimiento como un proceso que dura toda la vida, cada uno de nosotros somos agentes activos y responsables de cómo será nuestra propia vejez. Nuestro estilo de vida desde que nacemos condicionará nuestra salud y nuestra calidad e vida ne la vejez.
Por tanto, es necesaria la promoción del envejecimiento activo dentro del colectivo de personas mayores, de cara a garantizar una mejor calidad de vida y bienestar de las mismas. Pero también es necesaria la promoción de estilos de vida saludables y activos a cualquier edad, puesto que cómo vivamos ahora determinará cómo nos sintamos mañana.
¿Qué podemos hacer?
Puesto que el envejecimiento activo hace referencia a las tres esferas vitales principales (física, social y psicológica), podemos proponer una serie de consejos dentro de cada una de ellas, de cara a fomentar un estilo de vida saludable y, como consecuencia, un envejecimiento satisfactorio ahora o mañana.
1. Actividad física y alimentación saludable.
Por todos es sabido que una dieta sana y el ejercicio físico contribuyen a alejar las enfermedades y mantenerse activos.
Aunque el envejecimiento activo hace referencia a mantener cierto nivel de actividad física, no implica exclusivamente esto, sino que abarca otros aspectos.
2. Relaciones sociales satisfactorias, apoyo social.
Mantener una red de apoyo social formada por relaciones sociales cercanas y satisfactorias contribuye también a promover un estilo de vida activo y, por tanto, un envejecimiento saludable.
3. Actividad cognitiva, retos y proyectos.
Realizar actividades que impliquen cierta dificultad cognitiva también contribuye al fomento del envejecimiento activo. Por ejemplo, plantearse nuevos retos, nuevos proyectos, o realizar actividades sencillas como pasatiempos, lecturas o juegos de mesa que requieran cierto esfuerzo.
4. Implicación y participación.
Implicarse activamente en todo aquello que llevamos a cabo contribuye de forma notable al envejecimiento activo. Representa fielmente este concepto y todo aquello a lo que hace referencia. Participar concienzudamente y con motivación en aquello de lo que formamos parte representa un esfuerzo a todos los niveles: físico, cognitivo y social. Todo esfuerzo representa una mejora.
5. Metas y propósitos.
Tener metas y propósitos en la vida es otra de las claves del envejecimiento activo. Simplemente porque representan algo por lo que movilizarnos e implicarnos en nuestro día a día.
Espero que os hayan resultado útiles estos consejos y recordad:
Desde que nacemos, envejecemos. Envejecer es vivir y vivir es envejecer
(Rocío Fernández-Ballesteros)